La automedicación responsable según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es prevenir y tratar síntomas y problemas menores de salud que no requieran consulta médica, para reducir la continua presión que tienen los servicios médicos, especialmente cuando los recursos son limitados. En este caso el consumidor previene y maneja desórdenes o síntomas autorreconocibles.
La automedicación está influenciada por factores como la educación, la familia, la sociedad, la regulación de medicamentos de venta libre, la disponibilidad de medicamentos en farmacias y establecimientos de cadena y el acceso a publicidad de medicamentos que no requieren una prescripción médica para comprarlos. Es por esto que se requiere mayor conocimiento sobre los riesgos y beneficios para tener una participación más consciente y activa a la hora de recomendar un medicamento, tomarlo por cuenta propia o aceptar la recomendación de otra persona para dar tratamiento a la enfermedad que estamos presentando.
Riesgos potenciales de la automedicación:
Diagnóstico incorrecto que lleva a la elección incorrecta del medicamento para tratarla.
Aparición de efectos adversos raros pero graves.
No reconocer las contraindicaciones, interacciones, advertencias y precauciones cuando se tienen otras enfermedades de base.
Tomar dos medicamentos con el mismo efecto terapéutico pero que tienen nombre diferente.
No reconocer reacciones adversas a medicamentos.
Usar por una vía de administración incorrecta, dosis inadecuada o excesiva.
Usar de forma prolongada un medicamento que solo debe usarse por un tiempo determinado.
Riesgo de dependencia y abuso.
Interacción entre alimentos y medicamentos.
Aumento de las enfermedades inducidas por medicamentos.
Formas farmacéuticas
Estado físico en el cual se presenta un medicamento (forma externa) que facilita su dosificación y administración por una vía específica para tener el efecto terapéutico esperado en el organismo.
Funciones de las formas farmacéuticas:
Garantizar un uso racional óptimo de los principios activos (ingrediente principal del medicamento).
Conservar y garantizar la calidad, estabilidad y biodisponibilidad del medicamento.
Proteger el principio activo contra factores como ácidos gástricos después de la administración por vía oral.
Proporcionar mecanismos para la seguridad y la liberación adecuada de la dosis requerida.
Existen diferentes factores que se deben tener en cuenta al momento de definir la forma farmacéutica, por ende, la vía de administración de los medicamentos a prescribir y de esto dependerá el éxito de la terapia.
Edad del paciente.
Condición clínica del paciente.
Patología a tratar y estado de esta.
Tipo de tratamiento.
Recuerda que ninguna forma farmacéutica debería ser modificada. Sin embargo, hay casos muy específicos que requieren esta práctica, la cual, siempre debe ser vigilada y controlada por un profesional del área de la salud como químico farmacéutico, médico o personal de enfermería, para garantizar un tratamiento seguro y eficaz.
En conclusión los medicamentos tienen poder curativo cuando se usa el correcto para la enfermedad que se está presentando, en las dosis, horarios y tiempos adecuados; pero la falta de conocimiento puede llevar a sobredosificación, efectos secundarios e incluso efectos graves como resistencia a los antibióticos.
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